MÉRIDA, YUCATÁN, 27denoviembrede2025.- Los hombres y mujeres de negocios ante el panorama económico de 2026 para México y Yucatán en un acto de unidad para defender el desarrollo empresarial de la localidad ante la propuesta del paquete fiscal de 2026 que hizo el Gobierno del Estado de Yucatán, encabezado por Joaquín Díaz Mena convocaron a rueda de prensa y boletinaron el siguiente comunicado:
Buenosdíasatodasytodos.Graciasporacompañarnos.
El objetivo de esta rueda de prensa es exponer, con claridad, responsabilidad y fundamentosólido,laposturadelConsejoCoordinadorEmpresarialdeYucatánfrenteal incremento propuesto al Impuesto sobre la Nómina. Este tema ha generado legítima preocupación en miles de empresas y en miles de familias que dependen del trabajo formal.
Es importante dejarlo claro desde el inicio: este impuesto es un impuesto sobre el empleo, ya que no grava utilidades; grava directamente el trabajo formal. Cada persona contratada, cada salario pagado y cada nueva oportunidad laboral representa una obligación adicional. Por eso, cuando se incrementa este impuesto, no se afecta a “las empresas”; se afecta a quienes trabajan en ellas.
El sector empresarial se enteró de esta propuesta de manera tardía, apenas unas horas antesdequeelpaquetefueraentregadoalCongreso.Nohubomesastécnicas,nianálisis conjunto, ni participación del Consejo Consultivo del Presupuesto, que es el órgano formal para discutir estos temas. Este proceso, que siempre había sido colaborativo en años recientes, esta vez se tomó de maneraunilateral y sin diálogo constructivoprevio.
Además,esteimpactonorecaedemanerauniforme.Lasempresasmedianasygrandes
—que representan solo el 4% del padrón empresarial, pero generan el 66% del empleo formaldetodoelestado—seríanlasmásafectadas.Ese4%nosonlosque“máspueden pagar”: son el motor que sostiene dos terceras partes del empleo formal en Yucatán. Si ese motor se desacelera, se desacelera Yucatán.
En Yucatán, cerca de 440 mil personas laboran en la formalidad. Y para dimensionar el impacto, incluso bajo el escenario más conservador —asumiendo que esos 440 mil empleospercibenúnicamenteelsalariomínimo—,hoylasempresaspaganalrededorde
$3.7 millones depesosdiariospor concepto de impuesto sobre el empleo, equivalentes, en una perspectiva anual, a $1,343 millones.
Con el incremento del 12% al salario mínimo en 2026 y con la nueva tasa del 3.75% aplicadasobreel66%delosempleosformales,esacargasubiríaacercade$4.8millones diarios, lo que representa $1,753 millones al año. Es decir: más de $1.1 millones adicionales cada día y alrededor de $409 millones extra al año.
Y este cálculo es apenas una estimación mínima. La mayoría de los empleos formales tienen salarios superiores al mínimo, por lo que el impacto real sería todavía mayor cuando se consideren los sueldos verdaderos.
Para ponerlo en perspectiva: en 2025 el Estado proyectó $4,858 millones de pesos provenientesdelimpuestosobreelempleo.Estegravamen,porsísolo,representael72% de toda la recaudación local propia.
Detrásdecadapesoqueserecaudaestánlasempresassosteniendoempleos,proyectos de inversión y miles de familias que dependen del ingreso formal. Incrementar este impuesto de esta manera encarece el empleo, debilita la competitividad y presiona directamente la capacidad de crecimiento del estado.
Estasmayorescargastambiénpuedentraducirseenajustesalasestructurasdepersonal, afectandolacapacidaddelasempresasparamantenersuplantillalaboralenelmediano plazo. Además, al encarecer el costo total del empleo, se limita el margen para mejorar salarios y prestaciones, reduciendo el poder adquisitivo real de las y los trabajadores.
Lajusticiasocialnoseconstruyeencareciendoelempleoformal.
Aumentar el costo del empleo formal en un momento de bajo crecimiento, menor inversión privada y mayor incertidumbre económica internacional es una decisión regresiva. Cada peso adicional destinado a este impuesto es un peso menos para contratar, invertir, innovar o expandirse. Los estados más competitivos no encarecen la formalidad; la fortalecen.
Tampoco es correcto sostener que “el 96% de las empresas no se verán afectadas”. El impacto no se mide por número de empresas; se mide por número de empleos. Y este incremento afecta directamente a las y los colaboradores de miles de negocios en el estado, no a la informalidad, que no contribuye y que además podría verse incentivada por decisiones como esta.
Comolohemosexpresadoenmúltiplesocasiones,estonoesundebateideológico.Esun análisis técnico sobre productividad, costos laborales, elasticidad del empleo y competitividadregional.Subiresteimpuestoencarecelacontrataciónformalsingenerar valor adicional para la economía.
Por todo lo anterior, expresamos nuestro rechazo al incremento del impuesto sobre el empleo y hacemos un llamado respetuoso pero firme al Gobierno del Estado para abrir un espacio de diálogo real, con sustento técnico, con alternativas y con visión de largo plazo.
El sector empresarial de Yucatán no es adversario del desarrollo social; es aliado. Queremos un mejor sistema de transporte, mejor infraestructura y mejores oportunidades para todas y todos. Lo que no compartimos es que se busque financiar estos objetivos recargando el financiamiento en el empleo formal, sin evaluar opciones más justas, modernas y sostenibles.
Asimismo, invitamos a las diputadas y los diputados del Congreso del Estado a analizar esta decisión con rigor, responsabilidad y visión de futuro, y a no aprobar este incremento, por el impacto que tendría en el empleo formal, la competitividad y el desarrollo económico de Yucatán.
Elsectorempresarialestálistoparadialogar,paraconstruiryparaaportarsoluciones.Lo que pedimos es sencillo: decisiones responsables que protejan el empleo formal, impulsen la inversión y aseguren el desarrollo económico sostenible de nuestro estado.
Muchasgracias.


